Descripción

El espacio para mis consideraciones, ideas,
desahogos, pensamientos, evasiones y
reflexiones...a veces pienso y otras fru-flu.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Magia electrhormonal

Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros, como el de hoy y la noche de ayer. ¿Qué pasa cuando los destapamos en la intimidad con la punta del zapato o con un sujetador de encaje verde? Qué pasa cuando nos abrimos despacio y dejamos salir todo? Producimos una tormenta, un río impetuoso que todo derrumba e inunda.

Hay noches que ni las copas ni los cigarros te sacan de tu bucle. Hay noches que te sientes como un extraterrestre aislado de todo y todos, en un bar lleno de gente y de humo y música. Todo se hace eco, las voces y las risas de los demás…pero tú estás en otro planeta.

Nos quedan muchos más regalos por abrir, monedas que al girar descubren un perfil, paredes que al derrumbarlas seguro esconden sorpresas…¿Quieres que te cuente de mis ruinas y mis espinas, de mis medallas y de mis arañazos? Tengo polvo en mi herida y a veces todavía me quema. Ya no duele pero pica.

Anoche no pude buscar un disfraz pero tampoco pude ser yo, no hubo ni antifaz ni vestido que me sentara bien así que simplemente me fui. ¿A qué sirve estar sin ser? No me callo, ni me río y bebo. Respirar hondo y andar en la oscuridad por las calles de una ciudad que te atrapa y a la vez te consuela. Si fuera Madrid o Barcelona o Londres o Roma, sus sonidos y sus colores te enloquecerían, sería fácil encontrar a personajes perdidos en sus nubes y humos y jugar con ellos.

Soy un poco bruja, lo sé. Nunca me equivoco aunque sin saberlo con certidumbre. Ojala no acertara tan a menudo. Ciertas cosas se sienten por dentro aunque no se hayan ni vivido, porque son de otros, se saben sin haberlas oído ni visto. Entonces no estaba solo, alguien había…no sé cuánto ni cómo…pero eso no encajaba.

Deslumbrante es tener conciencia de que es como pensabas. Asombrante es la abertura que tienes hacia el mundo y los demás, aunque digas que ya no puedes…Todo sale y todo entra en ti, tus entrañas no pueden retener tanta energía porque si no te pararías, ese respirar profundo y redondo es lo que te hace vivir rendida a lo que eres.

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