Descripción

El espacio para mis consideraciones, ideas,
desahogos, pensamientos, evasiones y
reflexiones...a veces pienso y otras fru-flu.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Después de la tormenta...la liberación

Me siento orgullosa de mi misma hoy, me siento serena y optimista, siento que estoy haciendo las cosas bien por una vez en mi vida. Hace mucho tiempo que este sentimiento de paz no me acompaña. Pero hoy he vuelto a tenerlo.
Llega la carta del centro de donación de sangre y me siento bien y sana. Desde el cristal en el trabajo de repente aparece fumando abajo, bello e intrigante como siempre y por primera vez le veo tan pequeño que no vale el juego.
En el comedor un fantasma se materializa frente de mi, mirándome sin saber qué hacer, ni tiene la valentía de saludarme...y en mi alma se queda como una vieja fotocopia descolorada y casi transparente.
Después de semanas tórridas y con la sensación de salirme de las paredes, por fin empiezo a sentir una cierta calma, me parece de haber liberado de una vez mi alma y mi gana de vivir. De haber liberado mi cuerpo de un estado de inquietud y malestar y a la vez de dejar respirar mi espíritu.
Tuve un sueño anoche, de tanto acordarme de ti, Manu, sigues visitándome hasta en mis horas de descanso nocturno...porque sabes que ahí es donde bajo las barreras y no me resisto, donde me dejo llevar y tú y yo cogemos sentido.
¡Cuánto me cuesta renunciar a ti! Qué peligro corro sin ti a mi lado, qué riesgo enorme estoy asumiendo para conseguir entenderme de verdad, sin necesidad de auto-engañarme o esconder mi cabeza bajo la arena, como hacen los avestruces con la tierra o los niños cuando hunden sus piedecitos bajo la arena caliente...
Hoy me quiero a mi misma y al mundo a la vez. Quiero seguir evaporándome un poco más, por lo menos hasta mañana...déjame sólo un poquito más, anda.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El malpensante

Me gustaría estar en una capsula especial, protegida de la llegada del nuevo día y a la vez de una nueva tormenta de arena. Me gustaría desear un cuento sencillo, de narrativa muy poco variada, ojalá incompleta, llena de personajes secundarios y sin coloridos y de un estilo aburrido.
Me gustaría poder resignarme a vivir sin pasión, sin intensidad, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Pero simplemente no puedo ni sé cómo se hace.
Vuelven a mi lado ciertas miradas y ciertos momentos y ya estoy confundida de nuevo. Llego al tres y vuelvo a empezar por el uno. Quisiera escribirte o llamarte pero termino escondiendo el móvil debajo de un cojín para alejar esa tentación.
Me miras de nuevo a través de una pantalla y tu sinceridad vuelve a conquistarme. Lo hago todo al revés y lo peor es que lo sé pero no puedo evitarlo. De repente se me ocurre llamarte y quedar para vernos a los ojos y encararme con lo que tengo dentro. Me congelo para frenar ese impulso, que sólo parece hijo del instinto y de esta forma no empeorar la situación, no hacerte más daño del que te estoy haciendo.
Me siento algo mareada, me mareo yo misma, no hace falta nadie más, en serio. Sé hacerlo yo muy bien. Una ola de viento me empuja a coger el móvil y ser melancólica y otra me obliga a aislarme porque no son normales todas las cosas que pienso, no es normal buscar a esos ojos en un mogollón de gente en un concierto, no es normal enrojecer por el mensaje de un amigo e imaginar qué podría pasar después de su verano londinense.
En Cafè de Flores habían dos almas gemelas...igual podría existir? pero él no puede ser...y peor se sentiría al descubrir que el amado sólo fue su hijo en otra vida.